Guillermo Salmerón | Martes 08 de junio de 2010
José Manuel Lara logró el lunes reencontrarse definitivamente con él mismo. Después de una temporada para olvidar, el valenciano es ahora otro jugador. Ha mejorado y cambiado un par de aspectos en su swing y su confianza se ha venido arriba. En Madrid firmó un 64 espectacular en la última vuelta y este lunes en Sunningdale, Inglaterra, se ha sacado billete para el mejor torneo de la historia del golf. Lara es, definitivamente, un hombre nuevo.
No ha cambiado muchas cosas en su swing, "apenas un par de cosillas", asegura Lara, pero visto lo visto parecen más que suficientes para que el valenciano sea un jugador nuevo, fresco, radiante y lleno de ilusión por salir a jugar. Todo lo contrario a lo que era a cominezos de una temporada que parecía absolutamente dantesca.
¿Pensabas en lo peor, en perder la tarjeta, cuando has visto como había comenzado la temporada"
No ha podido empezar peor. No estaba pegándole bien a la bola, cometía errores de amateur, escapadas por todos lados, falta de confianza, de ilusión y de no saber que estaba haciendo. La bola se me iba al centro del lago cada dos por tres y cada vez estaba más sumido en un pozo del que casi no podía salir.
¿En esa situación te has ayudado de tus compañeros en el Tour?
En el Circuito cada uno va por su lado. Cada jugador tiene sus problemas, su vida y sus situaciones personales. Cada uno tenemos bastante con lo nuestro y no estamos para encima tener que vivir con los problemas de los demás. Este es un deporte muy individual y en estas situaciones sucede lo mismo. Si tengo que decir que he hablado con algunos compañeros y todos me han escuchado. Un día, hablando con Gonzalo Fernández Castaño, le conté lo que me estaba pasando y me dió un contacto fantástico para un profesor de Sevilla con el que estoy trabajando, Jose Carlos, al que quiero agradecer todo lo que estamos haciendo. Él me ha ayudado mucho y ya se están viendo los resultados.
¿Pero has cambiado muchas cosas?
La verdad es que no. Han sido más detalles que grandes cosas. Pero en situaciones así te das cuenta tanbien en el filo tan delgado en el que trabajamos. Estaba muy cerca de estar haciéndolo bien, pero también cerca del desastre.
¿Imagino que el tema de la confianza ha sido también fundamental, verdad?
Claro. Cuando ves que las cosas no salen y que luego empiezan a salir, que tienes respuestas y resultados postivos, que puedes confiar en ti mismo y en tus posibilidasdes, es más fácil. Crees en tus opciones y sales de otra manera al campo. Es lo que me pasó en Sevilla. Desde el Open de España vi que las cosas podían mejorar. A partir del Open de España soy el Lara que quiero ser.
Tus 64 gtolpes en el Open de Madrid, el la última jornada fueron espectaculares. ¿Te los tomaste como otra inyección de moral?
Desde luego. Y te voy a decir que pude hacer 60 o 62 golpes. Puedo jugar así y lo puedo hacer muchas veces. Pero esta profesion es así. Cuando nosotros, y me refiero a los profesionales, entramos en un bache de juego, es un bache importante. No hay medias tintas. Da lo mismo todo lo que trabajes, entrenes o te esfuerces. Hay que estar siempre ojo avizor.
Y ahora, después de este año, al Open Británico.
Imaginate. El 150 aniversario del British Open. Estoy muy felíz, sobre todo porque ya había jugado en Sunningdale seis o siete veces en estos años para jugar la previa del British y siempre lo había hecho fatal. era un campo que no me gustaba nada y este lunes sonó la flauta.
¿Tan bien jugaste?
Muy bien. Terminé con -8, -4 en los primeros 18 y otros -4 en los siguientes. Mi objetivo era llegar a 12 bajo par. Pensaba que con eso lo tendría seguro, así que con el -8 estaba bastante cabreado porque estaba jugando a las mil maravillas. Y al final, cuando me dijeron que me tenía que quedar por si había play-off estaba un poco triste. Estaba agotado y quería ir a casa, pero al final pude irme y ya estoy aquí para descansar después de todo lo que he pasado.
¿Han sido ocho semanas seguidas jugando. No son demasiadas?
Son muchas, es verdad, pero en el Open de España vi que empezaba a jugar bien y no quería parar. Tenía que aprovechar mis oportunidades y creo que después de ocho semanas y de todo lo que he pasado he tenido mi premio. Me hace mucha ilusión jugar en St. Andrews y quien sabe... quizá allí podamos dar alguna sorpresa.
Ahora dos semanas de vacaciones
Merecidas, desde luego. Iré a Sevilla a entrenar y trabajar con José Carlos y a disfrutar de la familia. Lo estoy deseando.
¿Hay tiempo este año para recuperar el tiempo perdido?
Seguro que si. Yo apostaría por mi.