Un buen campo, buenos jugadores. Malos y buenos momentos...Los españoles han dado la de cal y la de arena. Gonzalo y Quirós lucharán mañana por hacerlo mejor, mientras que Sergio y Jiménez se han quedao fuera de un torneo con mucho ambiente.
La Real Sociedad Hípica está en unas magníficas condiciones y se está defendiendo muy bien del “acoso” al que se ve sometido. El rough se come las bolas, el viento cuando aparece hace de las suyas y es capaz de “succionar y desviar” a estas pequeñas protagonistas, pero es cierto, que estas condiciones son para todos los jugadores iguales.
A Luke Donald parece afectarle mucho menos que a los nuestros, pero llama la atención que haciéndolo bien, también se le ve cierta cara de sufrimiento en algunos golpes (se le han quedado muchas ganas en la mochila la última semana). A Martin Kaymer, número 11 del mundo, se le ve serio, no sabría muy bien si definirlo como triste, le falta sonreír, esos hoyuelos que tiene en sus carrillos, no son de alegría.
Donald ya es líder en Casa Club, Sergio García ha osado vestirse de gris y blanco y parece que ha definido su futuro, se ha quedado en el camino. No sabemos qué le ocurre al de Borriol. Está claro que algo le pasa (por cierto, como a muchos grandes). Es capaz de lo mejor y de lo peor en el mismo partido, todavía está en un punto en el que es capaz de ganar un grande o lo que se proponga, pero ha llegado alguien de Guadiario y puede ser que hablemos en otros términos.
En muy poco tiempo, Sergio ha bajado del número 2 del mundo hasta el 30. Aunque él no se lo crea está en un foro en el que se le critica pero también se le defiende, y somos capaces de valorar lo que ha sido capaz de conseguir cuando nadie creía en esto de golf. El golf se escribe con mayúsculas, en este país, desde que Sergio está en él, pero es justo reconocer que no es su año. Tenemos claro desde aquí que debe parar y “reajustarse”, pero también tenemos claro que el gaditano Álvaro Quirós puede estar en su momento y desbancar al castellonense en el ranking mundial.
En Madrid se le quiere, se le respeta y se le tiene confianza, estamos seguros que es capaz todavía de mucho, de muchísimo, aunque también es cierto que se lo debe creer. Es grande, nadie en este país ha sido capaz de elevar el golf hasta el séptimo cielo más que él y debe creérselo y apostar por ello. Está pasando un mal momento, todos los grandes tienen crisis, pero se le sigue esperando, a él y a los que puedan llegar, que son y serán muchos. La Ryder acoge a los grandes y estamos seguros de que jugadores, organización, país y sobre todo ciudad, MADRID, estarán a la altura. Es un torneo de la alegría.