Nuestros lectores, los del Periodigolf, son inteligentes sabios, comprometidos y con un elevado nivel de análisis de la realidad. En esta ocasión les pedíamos en nuestra encuesta que evaluaran las palabras de Tiger y podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que ha habido un empate.
Partiendo del hecho de que el 30% de los lectores de Elperiodigolf.com no se han creído nada de lo que Tiger Woods dijo el pasado viernes, ni siquiera a pesar de ese tono somnoliento y languideciente con el que leyó su discurso, vamos que han creído más que ha sido una actuación que otra cosa, la realidad nos enfrenta con los que sí que han creído al pobre Woods, triste, apenado, arrepentido y con ganas de arreglar su vida, que no de volver a jugar al golf que, de momento, parece que va para largo. Ambos polos han dado un nivel de credibilidad cercano al 30 por ciento, lo que deja a las claras que Woods ha convencido a muchos pero también no ha logrado convencer a otros tantos.
En nuestra encuesta hay también un gran número de lectores que no se han creído ni una palabra de lo argumentado por Woods. Para ellos todo ha sido mentira y si Woods hubiera sido su apellido, es decir de madera, le hubiera crecido la nariz hasta el infinito. De todos ellos el 20 no tiene a Woods como ejemplo de integridad, todo sea dicho.
De la misma manera, otro 20% más, que nos da el 100 por cien del total, ha creído a Tiger en algunos pasajes de su discurso. Lógico, en la medida está la mesura. No todo será verdad, seguro, pero tampoco todo será mentira.
La realidad es que todos nos quedamos esperando a ver cuando vuelve -que ojalá sea cuanto antes- y termina su relación con Ellin Nordegreen. Esos es un tema exclusivamente suyo, aunque da la sensación de que hasta que no lo solucione no volverá a jugar.