Las miradas de medio mundo del golf están puestas en Oriente, un lugar místico donde nacen las mejores historias jamás contadas. Tras la disputa del torneo de Abu Dhabi, quedan por jugar las de Qatar y Dubai. Oriente ya fue el año pasado de grato recuerdo para los españoles y este año esperamos, sentados, que nos cuenten más historias maravillosas.
De momento hemos visto cómo Sergio García nos ha puesto la miel en los labios. Su privilegiada posición el viernes hacía pensar en los mejores "bailes de palacio" y en las más nutridas fiestas de celebración. Su pinchazo en la tercera ronda desinfló muchos sueños. Sin embargo, su décimo tercer puesto final tampoco ha sido una decepción, lo que ocurre es que ya nos habíamos vestido las mejores galas.
Pero queda mucha tela que cortar. Tras Abu Dhabi, estos particulares "reyes de Oriente" siguen su ritmo sin desfallecer y acuden ahora a la siguiente parada en busca de la estrella. Qatar tiene todavía el reflejo de la victoria de Álvaro Quirós el año pasado. Y no sólo eso, Sergio García y Gonzalo Fernández Castaño acabaron en séptima posición. Después, Dubai, una parada que se repetirá a final de año para concluir la Carrera del Circuito Europeo y donde hace escasamente un mes Sergio García también brilló para poner un broche a un año discreto. En el caso de Álvaro Quirós, con su décimo primer puesto en Abu Dhabi, promete grandes sueños este año.
Los recuerdos y las imágenes de Oriente son positivas para los españoles pero también para jugadores como Martin Kaymer, segundo el año pasado en Abu Dhabi y flamante campeón en 2010. También ha empezado muy bien el norirlandés Rory McIlroy, ganador la temporada pasada en Dubai y tercero este año en Abu Dhabi.
Después de la etapa sudafricana, con triunfo español incluido, el de Pablo Martín Benavides, llega el turno árabe. Abu Dhabi, Qatar y Dubai reúnen juventud y sueños. Las mil y una noches se pueden convertir en un argumento golfístico protagonizado por nuevos sultanes, genios y lámparas maravillosas. Cuentos de hadas que están muy cerca de hacerse realidad.