No hay dudas de que St. Andrews, uno de los campos más antiguos del mundo, es la catedral del golf. No tenemos datos de cuándo se empezó a jugar al golf en los terrenos que hoy forman el Old Course, pero existe un documento escrito que es una licencia concedida en 1552. Dicho escrito permitía criar conejos en los links y jugar al golf entre otros pasatiempos. El campo cumple este año su 150 aniversario.
El recorrido ha evolucionado con el paso del tiempo. Antiguamente tenía un número pequeño de hoyos y, según fue incrementando el interés por este deporte, el campo se fue ampliando incluyendo una segunda calle, el tamaño de los greenes aumentó y dos hoyos se recortaron.
Inmensos greenes de los que sierte son compartidos por dos hoyos distintos, son una característica de este maravilloso link. Otra de ellas es que el recorrido puede hacerse en el sentido de las agujas del reloj o en sentido contrario. Hoy en día se juega en sentido contrario, aunque un día al año se permite jugar en el otro sentido.
El campo está situado en el condado de Fife y funciona bajo la supervisión del Parlamento Escoces. Es público y cierra los domingos para permitir que el campo “descanse”. De hecho, ese día se transforma en un enorme parque para el uso y disfrute de los habitantes del pueblo. Van de picnic, a pasear o a disfrutar del paisaje, y sólo está permitido jugar al golf dos domingos al año: el último día del Dunhill Links Championship y el día final del Bristih Open (cada 5 años aproximadamente).
St Andrews es también el escenario de la primera edición del Open Británico, en 1860, y el primer premio que se entregó consistía en un cinturón de cuero rojo con hebilla de plata. Esto fue hasta 1870 ya que Tom Morris Jr. (el jugador más joven en ganarlo con 17 años) y ganador de tres consecutivos, se lo quedó en propiedad. A partir de entonces se entrega la archiconocida “Claret Jug”.
Severiano Ballesteros siente un cariño especial por este campo y en el vivió uno de los momentos cumbres de su carrera. Allí ganó en 1984 el segundo Open Británico de los tres que tiene en su curriculum, su gesto de alegría cuando entró el birdie en el último hoyo dio la vuelta al mundo. Seve aceptó el año pasado ser miembro honorario del Royal and Ancient Golf Club de Sant Andrews y espera volver en el mes de Julio de este 2010 a jugar con otros muchos campeones en el torneo que se organiza con motivo del British y así poder dar las gracias y despedirse como se merece en este 150 aniversario del Old Course.
Todos los cumpleaños merecen una mención especial, pero este en particular nos llena de gusto, de orgullo y de ganas de celebrarlo.