Junto a la playa de Las Américas, en Tenerife, un campo de golf iluminó hace diez años toda la isla. Golf Las Américas se ha convertido en un campo de 18 hoyos destinado a hacer disfrutar a los jugadores gracias a una vegetación especialmente cuidada y una variedad de hoyos preparados para cualquier jugador.
Viendo la Casa Club, de tres plantas y estilo colonial, el jugador se puede dar cuenta de lo que le espera. También en la cancha de prácticas, junto al tee del 1, las flores decoran el entorno y animan a los golfistas. Golf Las Américas se presenta como un campo fácil de caminar y donde contrastan hoyos de recuperación con hoyos más complicados, de manera que ofrecen una jornada muy agradable.
De entrada, el hoyo 1, rodeado de acequias barranqueras de agua, palmeras, pinos y dragos, avisan de lo que se va a ver a lo largo de todo el campo. Es un par 5 de 440 metros desde amarillas y de segundo golpe hay que evitar un lago. Es algo habitual en este campo con 11 lagos y donde el agua puede ser un obstáculo, a veces, demasiado peligroso. La flora y fauna de este campo tiene en el hoyo 2 un componente más. Restos de cabañas aborígenes y ñandús, una especie de avestruz latinoamericana, decoran los laterales de este par 4 de 373 metros.
Pero es el hoyo 3 uno de los más destacados. En palabras de Joan Piferrer, director del campo, “es un hoyazo”, par 4 de 381 metros, con un lago a la izquierda que entra en juego en el golpe de salida, de segundo golpe hay un riachuelo difícil de superar y para los conservadores es necesario quedarse antes.
Otro de los hoyos impresionables es el 5, un par 3 de 178 metros desde amarillas con un enorme lago antes de green. Con viento habrá que aumentar la fuerza del palo. El ás difícil todavía es el hoyo 6. Un par 4 de 414 metros que demuestran que este campo cuenta con hoyos muy largos.
La segunda vuelta comienza con otro para 4 de 418 metros, una dura prueba para la segunda parte. Al menos en el 11, un par 3 de 150 metros puede convertirse en un alivio. Después los hoyos 12, 13 y 14 alternan un par 4 de 307 metros, un par 3 de 132 y otro par 4 de 251 metros. Cortos pero técnicos.
Al llegar al 15, el handicap 2, es par 4 de 400 metros y es el comienzo de un final exigente. Los tres últimos hoyos son dos pares 5 y un par 4 de 308 metros. El hoyo 18 destaca por tener agua ala derecha del green en el segundo golpe. Al acabar, al margen de los buenos y malos golpes, el recuerdo será lo bonito y agradable del campo, decorado para iluminar Tenerife.