MMT Estudiantes tiene desde hace años la canasta y ahora busca el tiro adicional. Lo hace desde 1999 con el Club de Negocios que nació con el tradicional torneo de Golf del Club. La prueba ha sido el comienzo de un gran número de actividades dirigidas a las empresas amigas del clásico equipo de baloncesto.
El objetivo es “juntar a las empresas que ayudan al club”, comenta Javier Pérez, jefe de ventas del Club de Negocios. Por su parte, María Batista, directora de Márketing, considera que “lo principal es relacionar a todos los colaboradores”. Para todo ello se han desarrollado, desde hace 10 años, diversas actividades donde el golf ocupa un lugar muy importante.
Para Javier y María “el torneo de golf es algo que debe existir sí o sí porque es un de las actividades más importantes y que reúne a la mayoría de los directivos y consejeros de las empresas”. El torneo, que este año se ha celebrado en Layos con un récord de participación, llegando a los 82 jugadores, está muy enfocado a los altos directivos. Para los responsables, “este año no ha fallado nadie y ha habido que decir que no a algunas personas”. Además, en Layos, como novedad después de varios años en la Herrería, se ha celebrado un clinic que ha resultado un éxito.
En este sentido, la crisis se mitiga. “Se está notando el bajón económico, pero surgen nuevas fórmulas dentro de nuestros programas para que las empresas del Club de Negocios tengan un lugar destacado”, dicen. Una de esas fórmulas sigue siendo el golf, pero hay más. Junto al torneo de Layos, Estudiantes presenta desde 1999 diversas actividades deportivas, de formación o de relaciones públicas, que pretenden fidelizar a empleados y clientes, y generar negocio.
Este proyecto, de 10 años, ha sido premiado por una importante revista de economía como mejor idea empresarial, un premio que recogerán en los próximos meses, y engloba actividades como diversos Pro-Am de baloncsto, torneos de golf y padel, alquiler de palcos y venta de entradas para el masters Series de tenis o campus de verano. Como actividades formativas, diferentes cursos dedicados al liderazgo mentoring y coaching, y en cuanto a las relaciones públicas, jornadas gastronómicas, el libro azul de las empresas del Club de Negocios, visitas a exposiciones o conciertos exclusivos, así como un viaje a Atapuerca con coches Land Rover. Todo ello, dicen, “con un presupuesto ínfimo y con ayuda de los patrocinadores”.
En el décimo aniversario, a pesar de la crisis, el Club de Negocios ha querido mantener la mayoría de actividades, y aunque han tenido que recortar alguna, como el tradicional viaje al extranjero, han encontrado la manera de suplir las carencias. Con diez años de vida, el Club ha metido una gran canasta y ahora busca el tiro adicional.