Josega Fernández | Lunes 04 de mayo de 2009
Empieza a ser costumbre que el Open de España no lo gane ningún jugador de nuestra tierra, pero lo cierto es que también se ha convertido en un torneo muy emocionante que no se decide hasta el final.
No ha sido tan eufórico como en Sevilla, con la pelea de Peter Lawrie y Nacho Garrido, pero la jornada del domingo en el PGA de Cataluña fue intensa gracias a la persecución del propio Lawrie y de Fabrizio Zanotti a Thomas Levet, el francés que finalmente se llevó la victoria no sin presión.
Levet tuvo la sartén por el mango casi todo el día, pero hubo un par de momentos en los que tuvo que templar los nervios para mantenerse ahí.
Esta emoción ha dado un plus al Open que ha contado con algunas estrellas que, a la postre, no han resultado tan brillantes. John Daly se ha paseado con sus estridentes pantalones y poco más, mientras que Colin Montgomerie se fue por la puerta de atrás sin pasar el corte y superando los 80 golpes el viernes.
Los españoles no han peleado esta vez por el triunfo. Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández Castaño se han quedado muy atrás. Sin embargo Rafael Cabrera y José Manuel Lara han terminado en el top ten y eso le ha dado cierta alegría a la afición, que ha acudido al PGA de Cataluña como se esperaba. El club ha estado lleno de público los cuatro días de competición, algo que también empieza a ser costumbre en los Open de España.
En paralelo, exhibición de golpes, concurso de aproach e incluso un concierto de Jarabe de Palo. Actividades que han dejado claro que el Open de España sigue vivo.