Todos los patitos cuentan con un jardín particular donde pueden pasear, nadar y comer a su anchas. Es una vida tranquila para la familia que empezó en una maceta de la Casa Club.
Un buen día, los empleados en el Club se dieron cuenta de que la pata se había instalado en la maceta. Al intentar desalojarla, comprobaron que había hecho el nido y allí cuidaba los huevos. Entonces decidieron no sólo dejar que se instalara allí sino potenciar este interesante acontecimiento.