En Rivas Vaciamadrid, a pocos kilómetros de San Fernando de Henares, existe una Escuela de Golf que destaca por sus bellos paisajes por donde discurren 18 hoyos divididos en un Pitch & putt y otros 9 Par 30, que discurren por las tierras del conocido Palacio de Negralejo.
En la Vega del Jarama, los paisajes son, sobre todo en otoño, ricos en colores y en matices. En los últimos 8 años, el Palacio de Negralejo ha logrado consolidar una Escuela que ya cuenta con 80 puestos para tirar bolas y alrededor de 500 alumnos al trimestre. Además de poder entrenar todo tipo de golpes, las instalaciones cuentan con dos putting Green y otras dos zonas de aproach, que sirven de apoyo para todos los alumnos y los que acuden diariamente a practicar.
Las sensaciones son diferentes. En un ambiente muy natural, dar bolas se combina con el contacto con la naturaleza en un lugar privilegiado de las afueras de Madrid donde todavía se puede observar Campo. El recorrido con el que cuenta Negralejo está todavía por descubrir. Con un pitch & putt enclavado sobre uno de los arroyos del Jarama, los diferentes hoyos de menos de 100 metros cuentan con un cuidado extremo para que los principiantes puedan desarrollar su aprendizaje, y los jugadores ya experimentados comprueben hasta que punto es importante el juego corto.
Los otros 9 hoyos son más exigentes, por su longitud. Pares 3 de más de 100 metros que se mezclan con un par 4 de más de 200 metros y un par 5 de 450 metros. De esta manera, los jugadores pueden también practicar algún Hoyo largo. La característica común a todos los hoyos es el colorido gracias a la vegetación y a las choperas que rodean algunos hoyos. Un bonito recorrido que es complemento ideal a la Escuela que cuenta con la inestimable aportación de Álvaro Beamonte.
No acaba todo ahí. Junto a la Casa Club, sencilla y con lo necesario, los propietarios disponen del Palacio de Negralejo, una casa restaurante de más de 200 años. En 1790, sobre las ruinas de un castillo llamado “de Negrales”, una noble familia de Madrid construyó su palacio de campo. Más tarde, bien entrado el S. XIX, el Marqués de Villamejor, fundó sus famosas cuadras, la renombrada yeguada “Figueroa”. Es en 1982 cuando la familia propietaria decide aprovechar las posibilidades hosteleras de este fabuloso complejo, respetando todo el conjunto y su entorno, pero sin olvidar el confort y la funcionalidad que requiere una instalación de esta categoría. Además, la Posta es otro de los restaurantes adjunto a Palacio que también puede acoger a 3.000 personas.
Ahora, entrado el invierno, los árboles dejan ver el bosque. Palacio de Negralejo se descubre ante los madrileños como un entorno muy agradable para jugar unos hoyos tanquilos y muy apropiados para mejorar el juego corto, una de las claves para alcanzar el reinado en este deporte.